Antiguamente se solía usar para los dolores musculares
o articulares, remedios simples y baratos como el árnica,
el salicilato de metilo y otros compuestos que daban calor
a la zona afectada y por esa vía, se aliviaba esta clase de
malestares.
Al poco tiempo se hizo popular una frotación, muy popular,
actualmente desaparecida, cuya marca era "Charcot".
Con el tiempo fueron reemplazados por otros productos
en forma de chisguetes, cada día más caros.
En los años setenta, cuando estuve de visita en su casa, le
solicité a mi tía abuela que me prestara uno de esos
anti-inflamatorios. Ella me dijo:
-No tengo, pero si deseas puedes probar con esa lámpara de
rayos infrarrojos que me ha obsequiado mi hijo.
-¿Y cómo es eso tía?
- Es una lámpara que alivia toda clase de dolores.
Sólo debes poner el lado adolorido, cerca al foco de color
rojo por unos unos breves minutos y te aliviará.
Y así fue. Me quedé maravillado del descubrimiento de
saber que los rayos infrarrojos aliviaban los dolores musculares.
Hace aproximadamente 9 años, me caí de las escaleras de
mi casa, felizmente que fueron dos escalones, aunque el coxis
y mi codo sufrieron las consecuencias. Tuvieron que ponerme
algunos puntos en el codo y quedé sumamente adolorido.
Todo el cuerpo me dolía.
Esto ocurrió un 15 de Agosto y al día siguiente que fui a Essalud;
me recetaron inyecciones de "Diclofenaco" y pastillas de
"Ibuprofeno" que son las medicinas que usan para el dolor
en la Seguridad Social. Naturalmente que estas medicinas te
calman el dolor pero no te curan definitivamente y hasta ahora
estaría tomando las benditas pastillas y haciéndome poner dichas
inyecciones sino fuera por haber aparecido en mi camino
CERAGEM.
En los primeros días de Setiembre, de ese mismo año, llegó
por primera vez a Lima CERAGEM, un sistema de rayos
infrarrojos lejanos, luz de helio y piedras de jade, que alivia toda
clase de enfermedades. Previene, detecta y mejora, aunque
quienes hemos experimentado el tratamiento, creemos que cura.
Cuando llegué a CERAGEM, caminaba paso a paso, como
un anciano de 90 años y sólo tenía 60.
Efectivamente el tratamiento era completamente gratuito y
los masajeadores, en unos casos automáticos y en otros,
estáticos, estaban compuestos de cuatro focos (en realidad
piedras de jade) rojos que son los que emiten los rayos
infrarrojos lejanos; y 5 focos amarillos que contienen luz de
helio, todo ello mejorado y bien encaminado por las piedras
de jade, muy beneficiosas para la salud.
Este dichoso invento surcoreano es una maravilla y utiliza
una serie de tratamientos orientales, como la moxibustión, (cura
de calor), la quiropraxia, (alineamiento de la columna vertebral),
una especie de digitopuntura, al reposar el paciente en una camilla
sobre las "piedras calientes" de jade.
El personal de CERAGEM, con la amabilidad que le es
característica, me indicaba que si seguía a diario el tratamiento,
de seguro me aliviaría y así fue, pero no sólo con mi dolor
articular, sino que a la vez fui mejorando en otros problemas de
salud que había tenido.
Ellos se fueron dando cuenta que yo empezaba a caminar
normalmente y no paso a paso como cuando llegué. Asimismo,
sin usar ninguna pastilla ni inyecciones, desaparecieron como por
arte de magia todos los dolores que me llevaron a tomar el
tratamiento.
CERAGEM, NO COBRA NADA, porque el dinero que
gastaría en hacer propaganda, lo invierte en brindar este servicio
gratuitamente entre las personas que deseen o tengan necesidad
de él y la mejor propaganda es aquella que los usuarios hacemos
de las virtudes de este gran invento coreano. Quienes compran
los aparatos, al fin y al cabo son quienes financian el servicio.
Son muchos los testimonios de personas que han sido aliviadas
o curadas de sus males y CERAGEM ha abierto numerosas
salas de demostración en Lima y en Provincias, como lo ha
hecho en el mundo entero. Si Uds. desean probar las virtudes
de CERAGEM, no tienen nada más que ir a un centro y llevar
ropa y sábanas blancas para lograr un mejor aprovechamiento
de los rayos infrarrojos y sus beneficios en favor de la salud.
San Borja, 27 de junio del 2,015.
EMILIO ULISES ROBLES HORA.
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