sábado, 27 de junio de 2015

CERAGEM, UNA CURA PARA TODOS LOS MALES.

   Antiguamente se solía usar para los dolores musculares
o articulares, remedios simples y baratos como el árnica,
el salicilato de metilo y otros compuestos que daban calor
a la zona afectada y por esa vía, se aliviaba esta clase de
malestares.

  Al poco tiempo se hizo popular una frotación, muy popular,
actualmente desaparecida, cuya marca era "Charcot".

  Con el tiempo fueron reemplazados por otros productos
en forma de chisguetes, cada día más caros.

   En los años setenta, cuando estuve de visita en su casa, le
solicité a mi tía abuela que me prestara uno de esos
anti-inflamatorios. Ella me dijo:

-No tengo, pero si deseas puedes probar con esa lámpara de
rayos infrarrojos que me ha obsequiado mi hijo.
-¿Y cómo es eso tía?
- Es una lámpara que alivia toda clase de dolores.
   Sólo debes poner el lado adolorido, cerca al foco de color
   rojo por unos unos breves minutos y te aliviará.

   Y así fue. Me quedé maravillado del descubrimiento de
saber que los rayos infrarrojos aliviaban los dolores musculares.

   Hace aproximadamente 9 años, me caí de las escaleras de
mi casa, felizmente que fueron dos escalones, aunque el coxis
y mi codo sufrieron las consecuencias. Tuvieron que ponerme
algunos puntos en el codo y quedé sumamente adolorido.

   Todo el cuerpo me dolía.

   Esto ocurrió un 15 de Agosto y al día siguiente que fui a Essalud;
me recetaron inyecciones de "Diclofenaco" y pastillas de
"Ibuprofeno" que son las medicinas que usan para el dolor
en la Seguridad Social. Naturalmente que estas medicinas te
calman el dolor pero no te curan definitivamente y hasta ahora
estaría tomando las benditas pastillas y haciéndome poner dichas
inyecciones sino fuera por haber aparecido en mi camino
CERAGEM.

  En los primeros días de Setiembre, de ese mismo año, llegó
por primera vez a Lima CERAGEM, un sistema de rayos
infrarrojos lejanos, luz de helio y piedras de jade, que alivia toda
clase de enfermedades. Previene, detecta y mejora, aunque
quienes hemos experimentado el tratamiento, creemos que cura.

  Cuando llegué a CERAGEM, caminaba paso a paso, como
un anciano de 90 años y sólo tenía 60.

  Efectivamente el tratamiento era completamente gratuito y
los masajeadores, en unos casos automáticos y en otros,
estáticos, estaban compuestos de cuatro focos (en realidad
piedras de jade) rojos que son los que emiten los rayos
infrarrojos lejanos; y 5 focos amarillos que contienen luz de
helio, todo ello mejorado y bien encaminado por las piedras
de jade, muy beneficiosas para la salud.

   Este dichoso invento surcoreano es una maravilla y utiliza
una serie de tratamientos orientales, como la moxibustión, (cura
de calor), la quiropraxia, (alineamiento de la columna vertebral),
una especie de digitopuntura, al reposar el paciente en una camilla
sobre las "piedras calientes" de jade.

  El personal de CERAGEM, con la amabilidad que le es
característica, me indicaba que si seguía a diario el tratamiento,
de seguro me aliviaría y así fue, pero no sólo con mi dolor
articular, sino que a la vez fui mejorando en otros problemas de
salud que había tenido.

  Ellos se fueron dando cuenta que yo empezaba a caminar
normalmente y no paso a paso como cuando llegué. Asimismo,
sin usar ninguna pastilla ni inyecciones, desaparecieron como por
arte de magia todos los dolores que me llevaron a tomar el
tratamiento.

  CERAGEM, NO COBRA NADA, porque el dinero que
gastaría en hacer propaganda, lo invierte en brindar este servicio
gratuitamente entre las personas que deseen o tengan necesidad
de él y la mejor propaganda es aquella que los usuarios hacemos
de las virtudes de este gran invento coreano. Quienes compran
los aparatos, al fin y al cabo son quienes financian el servicio.

  Son muchos los testimonios de personas que han sido aliviadas
o curadas de sus males y CERAGEM ha abierto numerosas
salas de demostración en Lima y en Provincias, como lo ha
hecho en el mundo entero. Si Uds. desean probar las virtudes
de CERAGEM, no tienen nada más que ir a un centro y llevar
ropa y sábanas blancas para lograr un mejor aprovechamiento
de los rayos infrarrojos y sus beneficios en favor de la salud.

   San Borja, 27 de junio del 2,015.

EMILIO ULISES ROBLES HORA.  

martes, 9 de junio de 2015

LA CAMISA DE PLÁSTICO.

       Hace algunos años, cuando trabajaba en la Compañía de
Aviación "Faucett" S.A., me obsequiaron una camisa muy bella
que había sido fabricada en el extranjero;     a pesar de su
procedencia aparentemente americana, procedía de algún
país de otra latitud, porque los estadounidenses ya no fabrican
ningún objeto textil y lo importan. Aunque lo  suelen vender en
su país.

       Yo lucía esa camisa en contadas ocasiones y siempre con
el saco de mi terno. Era una camisa de vestir de manga larga.

       Un día de aquella época en que yo fumaba, de casualidad
me cayó una colilla encendida del cigarrillo en la bendita camisa;
evité que me quemara, pero la camisa se agujereó y el hoyo que
se produjo fue uno parecido a cuando se derrite algo de plástico.

        Ahí me enteré que la camisa obsequiada era de ese material
y no de "cotton" (algodón) como decía la etiqueta en inglés.
 
        REALMENTE ERA UNA CAMISA DE PLÁSTICO.

        Con el tiempo y gracias al desempleo creado por la
administración de Fujimori, tuve que vestirme casi exclusivamente
con las camisas (por cierto nuevas) que la familia me obsequiaba
por mi cumpleaños; en determinadas fechas festivas, como la
Navidad, o cuando regresaban de algún viaje.

        Y siguiendo el popular refrán de: "A caballo regalado no se
le mira el diente", las usé a diario y no sé si desarrollé algún tipo
de alergia o esas camisas de plástico, no son convenientes para
la salud de las personas que las usan, lo cierto es que las famosas
camisas (de poliéster o fifty-fifty -mitad plástico, mitad algodón)
no las puedo resistir. Apenas me las pongo empiezo a sudar como
si estuviese jugando un partido de fulbito o estuviera en un baño
sauna.  Como no puedo decirles a mis familiares que no me
obsequien ese tipo de camisas, porque se ofenderían y: "nunca más
le regalaremos camisas" he tenido que optar por no decir nada
y obsequiar casi automáticamente las nuevas camisas a mis amigos
que siempre las necesitan e irme a comprar camisas del
VERDADERO ALGODÓN, DE ESE MILENARIO 
ALGODÓN QUE CULTIVABAN LOS INCAS, QUIENES
NO CONOCIERON EL PLÁSTICO NI LOS POLIÉSTERES
Y QUE NO PRODUCE NINGÚN TIPO DE ALERGIAS NI
PICAZONES, O SUDORACIONES DESPROPORCIONADAS.

        Debo agradecerles a los Incas por este maravilloso obsequio que
los peruanos podemos disfrutar a precios muy cómodos y felizmente
que todavía los fabricantes de ropa en el Perú no han aprendido el
truco del "Cotton" americano o seudo-americano y podemos disfrutar
de algo completamente natural.  Además, aquí los Incas tuvieron la
satisfacción de tener un algodón de color (natural), sin usar ningún tinte.

        Me llama la atención que algunos países que importan del Perú
la ropa hecha con algodón natural, hayan  disminuido sus compras,
porque prefieren que sus ciudadanos usen camisas de plástico, aún
sabiendo que afectan a su salud.

       Ahora con las últimas ganancias que he tenido en mis grabaciones
de cortometrajes y en Tv. salí urgentemente al centro de Lima, frente
al Congreso, a comprarme tres camisas de algodón que me hacen
falta para no sudar exageradamente y evitar que gaste más en lavanderías.

       La ropa no sólo debe ser bella o agradable a la vista, sino,
principalmente saludable y no debe afectar a nuestro organismo.

       Existen muchas personas alérgicas a las cuales no les conviene el
uso de determinados productos artificiales como suelen ser los
poliésteres (que son productos hechos de combinaciones químicas y
por lo general, derivados del petróleo). Como no es una fibra natural,
sino un producto hecho de compuestos químicos, en cuya elaboración
se utilizan una serie de venenos, algunas personas más sensibles
reaccionan ante estos compuestos no naturales y sus cuerpos les indican
que no deben usar camisas de plástico, salvo en una necesidad absoluta.

       Ahora en el mundo hay una tendencia a usar confecciones de
tipo nativo y no de creación artificial.  Muchas personas no sólo
buscan usar prendas de colores naturales sin ningún tinte, como suelen
tener algunos países como el Perú, un algodón de color sin ningún uso
de productos químicos o de color blanco, como se veían los copos, que
en los campos cultivados de antaño, en esta Lima antigua, bella y virreynal,
que ahora gracias al progreso y al desarrollo urbano ya no lo cultiva como
en los viejos tiempos, aunque felizmente tenemos extensos territorios
al norte del país en donde aún se produce esta fibra peruana tan apreciada
en el mundo y que podemos disfrutar nosotros y quienes nos visitan o
importan nuestros productos textiles.

       San Borja, 9 de Junio del 2015.
 
       EMILIO ULISES ROBLES HORA.