viernes, 10 de enero de 2014

LA SEDUCCIÓN DEL PODER Y LA VIVIENDA OPULENTA.

  En Junio de 1963 al conocerse los resultados de las
elecciones generales de aquel año, se conoció que
había resultado elegido como Presidente de la República
el Arquitecto Fernando Belaúnde Terry.

   Yo había hecho campaña por él y mi tío Jorge me dijo:
¿Por qué no vas a su casa a felicitarlo? Todos sus
partidarios están yendo. Es en Inca Rípac 100 Jesús
Maria.

   Fui a una casa de dos pisos, típica de clase media,
construida bajo el diseño del propio arquitecto propietario.

Estaba ubicada un distrito que si bien no llegaba al nivel
alto de los distritos ricos de aquella época como
Miraflores o San Isidro tenía una apariencia muy presentable,
aunque los acabados de la fachada eran de ladrillo, como
lo fueron muchas de las unidades vecinales que él promovió
cuando fue diputado.

    Luego todos sabemos que fue deportado a Argentina
durante el Gobierno Militar de Juan Velasco Alvarado
y posteriormente viajó a Estados Unidos en donde se
dedicó a enseñar en varias importantes universidades
de ese país.

    Cuando regresó al país, vendió su casa de Inca Rípac
y se compró un departamento en un edificio de Las Torres
del Olivar en San Isidro.  Si bien pasó de un distrito de
clase media, a uno de la clase alta; sin embargo, ello implicó
pasar de una casa propia de dos pisos, a una vivienda en un
edificio, por más buena ubicación que tuviera.

Uno de mis familiares, q.e.p.d. solía decir: "No me gusta
vivir en callejones de blancos" (refiriéndose a los edificios).

    Los últimos presidentes del Perú, como Fujimori,
Toledo y Alan García estudiaron en colegios nacionales
y vivieron en distritos populares, La Victoria, en Chimbote
y en Barranco.

    La gente los veía como ejemplos de modestia y de
triunfo en las vicisitudes de la vida gracias a su progreso
en el estudio y el trabajo dedicado.

    Todos ellos cayeron en sospecha de enriquecimiento
 ilícito y fueron o son procesados.

    Actualmente un ex-Presidente cumple una condena de
25 años de prisión, por delitos de lesa humanidad.

    Los otros dos, son investigados por las compras de
casas o departamentos de valores millonarios.

    Don Fernando Belaúnde aunque estudió en los mejores
colegios particulares de Lima y Francia, además de haber
culminado sus estudios de arquitecto en Estados Unidos,
siempre vivió modestamente y nunca fue procesado por
enriquecimiento ilícito.  Iba según las crónicas de la época,
a un Cine popular en Jesús María a ver las películas que
protagonizaba su actor preferido: Edward G. Robinson y
jamás pensó en comprarse mansiones ni vivir en palacios
exclusivos pese a haber disfrutado del Palacio de Gobierno
y de todas las gollerías que en él se disfrutan.

   Tal vez sus sucesores añoraban los días palaciegos en que
podían comer los más deliciosos platillos o beber los más
finos licores o tal vez, vestir las más finas ropas como en
el cuento del Rey que quería tener el vestuario más elegante
y cayó en manos de unos estafadores, quienes  le vendieron
un ropaje tan fino que sólo podían verlo quienes fueran:
"inteligentes y listos". Vestimenta inexistente, hasta que un
niño descubrió que el Rey estaba desnudo.

San Borja, 10 de enero del 2014.

EMILIO ULISES ROBLES HORA.

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