El Perú es el país de los guachimanes. Esto es que
el empleo que más abunda es precisamente ése, el de
"guachimán" o vigilante.
Los guachimanes se encargan de la vigilancia de las
viviendas de los ricos o de los medianamente ricos,
llamados también de la clase media. Asimismo, de
resguardar bancos, entidades estatales o privadas y
por lo general están en la recepción o en la puerta
de la calle.
Las grandes luchas sindicales por las ocho horas de
trabajo, que dieron inicio a algunos de los principales
partidos polìticos del país como el partido aprista peruano
y el partido socialista en su versión tradicional no violenta,
fueron para un sector de los trabajadores, puesto que no
alcanzaba, ni alcanza a trabajadores del campo o a los
guachimanes, quienes se pasan doce o más horas del día
trabajando sin recibir la compensación debida en horas
extras, ni algún plus que pueda aliviar sus alicaídos ingresos.
Y eso a nadie le preocupa, ni al actual gobierno de
"la inclusión" ni al gobierno aprista que no movió un dedo
para mejorar la situación tanto laboral como los ingresos
de este sector de la ciudadanía.
Recién me acabo de enterar que una de las vecinas
de mi barrio (San Borja) les paga menos del sueldo
mínimo vital a sus guachimanes, sueldo que no alcanza
ni para comer y que es inferior en más de un cien por
ciento al sueldo mínimo vital de los chilenos, que es el
referente con el cual algunos peruanos se suelen comparar
por motivos un tanto revanchistas, en razón a la pérdida
de gran parte de nuestro territorio en la infausta Guerra del
Pacífico de 1879.
Y no sólo eso sucede, sino que la doña les niega un día
libre a la semana a dichos servidores. Y ¿qué dicen al
respecto las religiones, aquellas que no nos dejan
ni respirar todos los días con sus prédicas casa por casa?
¿Es justo que esas personas que van todos los domingos
a Misa y se confiesan regularmente, le nieguen el descanso
dominical a sus servidores? ¿Acaso Jehová Dios no descansó
al sétimo día? ¿Y en el Biblia no se manda que no se trabaje
el día que descansó Dios?
Recuerdo que los guachimanes de un Casino me contaban
como los dueños del mismo escondían a parte de sus
trabajadores en otra empresa de su propiedad, que quedaba
al lado, para poder aparecer como que tenían apenas dos
trabajadores y así no infringían ninguna ley, cada vez que
venían los Inspectores del Ministerio de Trabajo.
Y si los guachimanes son trabajadores como cualquier
otro, ¿por qué el Ministerio de Trabajo se hace el de
la vista gorda y no manda que se cumpla la ley de las
ocho horas de trabajo? ¿Por qué permite que en las
entidades estatales se incumpla con esta conquista
social?
¿Por qué no obliga a estos empleadores a pagar las
gratificaciones de Julio y de Diciembre?
¿Es que acaso en el Perú hay trabajadores de primera
y trabajadores de segunda categoría?...
Los guachimanes tampoco gozan de los beneficios
sociales, tales como el seguro social y la jubilación,
o sea que si se enferman, tienen que gastar de sus
propios escasos ingresos y cuando lleguen a la vejez
no podrán tener una pensión de cesantía o jubilación
como los demás trabajadores. Eso sin tener en
cuenta que exponen su vida para cuidar a los ricos
y sus posesiones...
Ni qué decir de las vacaciones. El gobierno de Odría
promulgó la ley de las vacaciones de un mes. Sí,
precisamente un gobierno de derecha y un gobierno que
se dice inclusivo, el actual, permite que hayan vacaciones
de 15 días, ésas que el gobierno de Toledo autorizó para
las PYMES.
Y los empresarios y comerciantes se paran quejando
de las "leyes laborales que entorpecen la creación de
trabajo". Lo que estos reclamones quieren es que no
se pague ni un sol a ningún trabajador. Que el trabajo
sea una esclavitud eterna y por lo tanto sus empleados u
obreros estén a su servicio gratuitamente todo el año...
Se gana tan poco que la mayoría de trabajadores
muchas veces venden sus vacaciones (figura que debería
estar prohibida por Ley). O se ven obligados a trabajar
en otro sitio en ese mes precisamente en el cual
deberían descansar de los otros once meses de
oprobio y explotación.
Sin embargo, los guachimanes son las víctimas
propiciatorias del abuso consuetudinario de las empresas
que hacen ricos a unos cuantos, mientras los demás
se consumen de enfermedades y están más propensos
a contraer el cáncer o la tuberculosis, aunque más bien
se diría que se mueren de cólera por la impotencia
de no sólo no mejorar sus ingresos, sino sus condiciones
laborales; mientras existen o existían leyes que
obligaban a las empresas a darles un litro de leche
diarios a sus obreros que trabajaran con productos
contaminantes, aquí a los guachimanes, sus empleadores
no les tienen compasión y sabiendo que estos trabajadores
no tienen ni para un desayuno, no les alcanzan ni un
mendrugo de pan para que puedan paliar su hambre, ni
tampoco les brindan casacas o chompas para que
puedan combatir el crudo frío del invierno limeño.
Ya es tiempo que se den cuenta que quienes velan
por su seguridad son tan seres humanos como ellos
mismos y en lugar de irse a dar golpes de pecho todos
los domingos a Misa y dar unos cuantos centavos a la
hora que les pasan el plato o la alcancía, prefieran
arrepentirse de su desidia y piensen en aumentarles
el sueldo, darles su día de descanso y bajarles las
horas de trabajo a sus guachimanes. Porque no
esperamos que el "Gobierno de la Inclusión",
haga algo por ellos.
San Borja, 16 de marzo del 2013.
EMILIO ULISES ROBLES HORA.
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