viernes, 8 de noviembre de 2013

MUNICIPILLO (Pasaje de mi novela inédita registrada en INDECOPI).

Como anuncié anteriormente, inicio una serie de publicaciones
de pasajes (no propiamente capítulos) de mi novela inédita:
"Municipillo", que tiene Copyright o derechos de autor
registrados en INDECOPI.

  No son correlativos, ni los primeros pasajes, sino al azar,
algunos que he elegido para publicar en mi blog.

      EMILIO ULISES ROBLES HORA

Autor de la Novela: "Municipillo".

          VENDER PAPAS O SER GUACHIMÁN.

  - ¿Qué estás haciendo tiíto?
  Grimaldo, ya viejo y cansado estaba en su sillón preferido
y con las manos juntas parecía implorar a lo alto.
 - Estoy orando.
 - ¿Para qué tiíto?
    Para que se cumplan los deseos de tu tiíta Elena.
 - ¿Y cuáles son esos deseos?
 - Que Dios le mande la misma situación de desempleo que
a mí y así ella pueda cumplir con su deseo de vender papas
en el Mercado.
 -¿Ella quiere vender papas?
 - No lo sé, pero cada vez que ve a un familiar desempleado,
ella dice que si estuviera en igual situación, se dedicaría a vender
papas en el Mercado. ¡Ah, y también estoy orando por tu tiíto
Manuel, para que se cumpla su deseo de ser mozo de restaurante
o guachimán, como dice que haría si estuviese desempleado.

   Alexandrita que no comprendía el alcance de las palabras del
tío Grimaldo, ni sabía que cosa era el desempleo, como tampoco
lo supieron sus tíos Elena y Manuel, se retiró discretamente,
dándole un beso en la frente a su tío, mientras tras la puerta,
don Manuel se retiraba con el rabo entre las piernas, porque
había escuchado las palabras lapidarias de su pariente.
¡Qué podía decir él, al que siempre le dieron de comer en la
boca y al que nunca le faltó nada desde que nació y no tuvo
que pasar por las privaciones y malos ratos que tiene alguien
que trabaja al servicio de un empleador, el cual no siempre
paga lo justo a sus trabajadores y suele estar hostilizando a los
empleados que son tranquilos y no están afiliados a las centrales
sindicales representativas de los partidos políticos en el poder!

    El beso de la niña, lo sintió el viejo Municipillo, como el más
tierno y exquisito regalo que había podido recibir de sus familiares.

   Pensó: "Felizmente hay niños que dan su amor sin esperar nada
a cambio y no están midiendo a las personas por sus posesiones
materiales...
   Ya estaba cansado de ser comparado con tanto ratero o
narcotraficante encubierto que se paseaban en automóviles de
lujo y adquirían propiedades inmensas con el cuento de los
grandes negocios que no existían en un lugar tan inmensamente
pobre como Ludolandia y donde un atraco perfecto o un crimen
bien disimulado con el concurso de autoridades venales; o tal vez,
un lavado de dinero o cualquier otra pillería, les podían dar la
fortuna repentina, aquélla que le ponían como ejemplo de talento
y capacidad...
    ¡Sabías que Juan Pérez, se volvió millonario vendiendo café en
Chanchamayo. Y Fito López, hizo su dinero vendiendo chafalonías!...

   Grimaldo escuchaba, escuchaba y escuchaba.

  ¡Ah, porque no te habrás enterado que Pepito Garci se fue a la
Selva y se encontró una mina de oro y hoy es Gerente General de
la Minera Choclococha!...

   Grimaldo sabía que en Ludolandia, nadie hacia limpiamente
 nada, ni siquiera las tareas del colegio, que las copiaban de otros
alumnos. Todo era sucio y él había aprendido de sus padres y
de sus maestros que el dinero debería ser ganado limpiamente.

   Y ese fue su talón de Aquiles, porque al quedar desempleado
y no haber robado nada en la Línea Aérea "Aerojoque" cuando
todos lo hacían y se burlaban de su "honradez de hue..."
no tenía los medios como para poder subsistir y por más que
recorrió cuanta empresa aérea existía en el medio, no pudo
conseguir empleo porque sus propios compañeros de trabajo
lo habían indispuesto ante los ejecutivos, haciéndolo pasar como
conflicitivo y casi subversivo.

     Aparentemente estaba acabado. No lo querían, era un "viejo
loco", sin proyecciones ni preparación alguna.

   Ahora era el mundo de las computadoras y él con tanta guerra
psicológica interna de su trabajo, no había tenido tiempo ni
disposición como para prever el "futuro globalizado".

   Era un no-existente más entre tantos... Sólo que él vivía con
su mundo mágico en el cual existían: espíritus, duendes, ondinas y
sirenas y pensaba que algún día se produciría un milagro y saldría
de perdedores...

  Le decían: ¡Iluso! ¡Haragán! ¡Sección Pensamiento! Etc.

  Pero él era solo un representante de la locura colectiva de
un pueblo que había perdido a sus dioses, a sus curanderos, a
sus magos y sus costumbres y que sin embargo, las mantenían
en los lugares más apartados, donde se daba más importancia
al "Chamán", al "Curandero" o al "Brujo" que a los médicos,
enfermeros o curas.  Y esas costumbres ya estaban siendo
trasladadas a la capital.  El muchacho de la limpieza le contó
que para conseguir a su mujer, tuvo que llevarle el "bello
vaginal" de su enamorada y la bruja le hizo un amarre.

 Desde ese momento, su mujer no lo abandonaba (aunque
se enteró posteriormente que se fue con el mecánico).

    Cuando Grimaldo estuvo ante la bruja le contó todos sus
problemas y ella le dijo que le traiga un ají amarillo.  Se lo dio
y ella lo partió. Le mandó que lo escupa. Grimaldo lo escupió
y la vieja lo botó a  la basura. Tuvo que pagar 10 choles y no
cambió su suerte.

     El Municipillo regresó a su mundo de ensueños y de alegría.

    O era demasiado optimista o realmente, se estaba volviendo
loco, como decía la gente.

    Él no vendería papas en el mercado, ni sería mozo de
restaurante, ni guachimán, ni tampoco millonario como él solía
 imaginarse.

   No, él no podría fallar, él triunfaría, aunque si ello solamente
 ocurriese en su incomprendido mundo del ensueño.


EMILIO ULISES ROBLES HORA
San Borja, 8 de noviembre del 2013.

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