Como deben haber tomado nota algunos de mis
lectores, viví en Trujillo, capital del Departamento
y Región La Libertad en donde transcurrieron
algunos de mis primeros años.
Cuando salía de mi casa, ubicada frente al Cine
Trujillo, hoy una Iglesia Evangélica, veía a lo lejos
unas ruinas enclavadas en un cerro.
Le preguntaba a mi padre qué era y él me contestaba
que era la Huaca del Sol. Un adoratorio de la Cultura
Moche, que tuve la suerte de visitar en días pasados,
aunque solo pude recorrer la Huaca de la Luna,
que es cercana y quedé maravillado por las pinturas
milenarias y las historias que nos cuentan los guías
acerca del proceder de los moches en los
combates pactados entre guerreros o habitantes de
esa localidad, cuyo perdedor era sacrificado para
fertilizar con su sangre los valles aledaños.
El sacrificio era un honor. De tal manera que
el perdedor no perdía sino más bien ganaba al
ser sacrificado para irse a reunir con su Dios:
Aiapaec.
No lo decapitaban en el momento, sino se
tardaban unos días en los que era preparado.
Le daban brebajes a base de San Pedro, un
cacto alucinógeno que aún ahora usan los brujos
o chamanes norteños en sus mesadas o reuniones
de magia.
Luego de sus triunfos militares, también eran
sacrificados los vencidos, los cuales eran
llevados en procesión, atados por el cuello con
sogas, como han sido representados en las
pinturas que se pueden ver en la Huaca de la
Luna.
En tanto, los vencedores iban adelante con
todos sus atuendos de gala y sus armas para
ser aclamados por el pueblo, como también
se puede ver en estas célebres pinturas, muchas
de ellas en relieve y que yo he calificado como
"la Capilla Sixtina de las culturas americanas
precolombinas": La Huaca de la Luna de Moche
en la ciudad de Trujillo.
No entiendo cómo el Estado no ha promovido
hasta ahora tan bello conjunto arquitectónico y
no le brinda el apoyo económico necesario.
Según me informaron, la Huaca de la Luna
se mantiene gracias a donaciones de instituciones
culturales extranjeras, de empresas nacionales
como Backus y Johnston (productora de las
principales cervezas y gaseosas del país) y de
donaciones de generosos ciudadanos trujillanos.
Trujillo es, no cabe duda, la segunda ciudad
en importancia del país. Se calcula que en pocos
años será también la segunda en cuanto a industria
y comercio. Tiene minería, agricultura, industria y
lugares turísticos de primera magnitud.
Están no sólo la Huaca de la Luna. La del Sol,
que todavía no ha sido abierta al público, sino
también la Ciudadela de Barro más grande de
América, de la época precolombina: La ciudad
de Chan Chan.
Aquí se desarrollaron dos importantes culturas
pre-Incas, como la Cultura Mochica o Moche y
también la Cultura Chimú, posterior a la Cultura
de la cual nos estamos ocupando y que fue
conquistada por los Incas.
Los moches o mochicas, también estuvieron en
Lambayeque y otras ciudades norteñas. En la
primera, se descubrió El Señor de Sipán, que
fue una importante figura de los moches y cuyos
atavíos de oro, impresionaron al mundo entero
en donde fueron exhibidos. Comparable a
Tutankamón, el célebre faraón egipcio.
Si la principal ciudad de los Mochicas era
Chan Chan y uno de sus Templos más
importantes (llamados Huacas) están en Trujillo
y han sido saqueados tanto por españoles
como por republicanos. ¿Cuántos importantes
vestigios más quedan por descubrir y cuánto
oro y plata hay escondidos debajo de estas
importantes ruinas.
Ahora no es lo ideal fomentar los saqueos o
que vengan más huaqueadores, sino que personal
especializado (arqueólogos, antropólogos, etc)
vengan a colaborar con los nuevos descubrimientos
que se están haciendo en la Huaca del Sol y que
el Estado, invierta en estas ruinas para ponerlas
a la vista de los turistas que se limitan a visitar
Machu Picchu, una de las maravillas del mundo
moderno y que no tiene comparación con ninguna
otra, sino; que adicionalmente la gente también
vaya a Trujillo y descubra lo maravilloso de estas
culturas tan antiguas, que produjeron tanta
belleza en sus pinturas y esculturas como
cerámica y que pueden ser apreciadas en
la Región La Libertad.
San Borja, 14 de abril del 2014.
EMILIO ULISES ROBLES HORA.
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