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lunes, 18 de agosto de 2014
EL DESPRECIO DE LOS POLÍTICOS POR LOS ANCIANOS.
En unos dibujos animados, el Pato Lucas le ofrece un
Seguro de Vida a Elmer Gruñón y para que se haga efectivo
el pago, le pone una serie de requisitos, como que sea un día
viernes 29 de febrero en el cual se produzca una estampida
de elefantes azules, cebras sin rayas y un gato cojo.
Para mala suerte del Pato, todos estos requisitos
imposibles, se dan y él tiene que cumplir con pagar este
Seguro.
Este ejemplo que parece existir solo en la historieta,
ocurre en el Perú, en la vida real, sólo en la primera parte.
Cuando los mentirosos del gobierno deciden dar un
aumento de pensión a los jubilados, suelen poner requisitos
parecidos, con la finalidad de que dichos aumentos no les
toque a ninguno, o a la menor cantidad posible de
beneficiarios.
Que tengan 89 años cumplidos y un lunar en el dedo
gordo del pie derecho, etc., como el reciente aumento de la
pensión a las viudas que ganaban 250 soles y ahora se les
ha aumentado 80 soles, tomándose en cuenta que son
poquísimas y según el Ministro de Economía, no se puede
aumentar a todos, porque no alcanza el presupuesto.
Pero sí alcanza para los despilfarros, el aumento a los
ministros, congresistas y funcionarios de confianza, o a
quienes son los mejores ayayeros del régimen.
Ya lo dijo el Presidente que hay 555 jubilados con más
de 100 años, con la evidente intención de subir la edad de
la jubilación a 150 años, para no pagarle la pensión a nadie.
Recientemente el Ministro de Economía dijo en un foro,
que el Estado no tiene por qué "bancarse a los ancianos",
con una clara actitud despectiva hacia este sector
desprotegido de la sociedad.
Muchos de los que ahora nos gobiernan o nos han
gobernado son ancianos o van camino a serlo.
Alejandro Toledo y Alan García, que se encontraron
una veta infinita de medrar con los recursos públicos,
tomándose en cuenta la estupidez de los votantes, a quienes
se suele llamar el "Electarado", quienes no vacilan en
darles su voto, son ilustres ancianos, que si no se hubieran
encontrado la "franquicia" de ser políticos, no tendrían
trabajo y estarían percibiendo las mismas pensiones ínfimas
con que condenan a quienes trabajaron honestamente para
que ellos ahora puedan disfrutar de las comodidades que
da el poder.
El Perú ha sido y sigue siendo gobernado por gente que
parece ser enemiga declarada de la clase trabajadora y en
especial de los jubilados.
Sin embargo, en otros tiempos, cuando las cosas
costaban menos, los jubilados podían tener ingresos
suficientes como para alquilar una vivienda (en aquella
época la gente no deliraba como ahora por la casa propia);
pagar sus cuentas alimenticias diarias y hasta les quedaba
un plus, suficiente como para ir a ciertos espectáculos.
Ahora los jubilados padecen, no sólo de magros
ingresos, sino que además son asaltados por los bancos,
entidades diabólicas encargadas de pulverizar esos
exiguos ingresos de toda una vida entregada al sacrificio
de sufrir por los errores de los sucesivos gobienos, los
cuales se mantenían en base a hiperinflaciones y
paquetazos económicos, o sea, subidas repentinas de
precios de los artículos de primera necesidad, generado
por la ignorancia de los gobernantes.
Y nunca hubo sanción para esos regímenes podridos,
ni tampoco resarcimiento económico, tanto para los
trabajadores en actividad, cuanto para los jubilados.
Ni siquiera los gobernantes que fallaron y luego por la
estulticia electoral de los ciudadanos, fueron reelegidos,
llegaron a pedir perdón a los trabajadores por su estupidez
política.
Sólo queda recordar aquel refrán que dice:
"No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista",
aunque aquí parece que los males y los gobiernos que
los provocan, nunca terminan.
San Borja, 18 de agosto del 2014.
EMILIO ULISES ROBLES HORA. .
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