-"No creo en los brujos Garay, pero que los hay, los hay".
Dice un refrán de origen hispano, refiriéndose a aquellas personas que practican la magia negra o son adictas a conseguir por medios extraños el bienestar o malestar de las personas, de acuerdo a los pedidos de sus clientes.
Antes, si te acusaban de brujo o de practicar la brujería, la Inquisición te enviaba a ser quemado vivo...
Ahora sin embargo los brujos modernos toman nombres de personas y ponen sus avisos en los periódicos.
Si Ud. se pasea por el centro encontrará avisos en plena avenida que digan: se hace regresar al ser amado en 24 horas u otras especialidades.
Algunos dicen que practican la magia buena o blanca y otros la magia negra y se les denomina "Maleros" ...
En el norte hay hasta dos localidades donde se practica la brujería, una de ellas es la ciudad de Salas en Lambayeque y otra, la laguna de Las Huaringas en el departamento de Piura.
Al sur, existe la localidad de Cachiche en el departamento de Ica.
Una de mis hermanas, me cuenta que cuando yo era niño, mi padre descubrió que en mi colchón habían muñequitos atravesados con agujas...
Y yo ¿qué les había hecho, para que me desearan el mal, si al fin y al cabo era un niño?...
Entonces mi padre optó, una vez quemado el colchón y cambiado por uno nuevo, por llevarse mi almohada todas las noches. Por lo tanto me acostumbré a dormir sin almohada, como hasta ahora...
Sin embargo, mucha gente cree y consulta a los brujos...
Un joven que trabajaba en el cementerio, me contó que algunos brujos le pagaban para que esconda las fotos de desconocidos en nichos abiertos o los entierre en tumbas. Él accedió, con tal de ver primero las fotos, a fin de no enterrar las fotos de sus familiares por desconocimiento. Yo le dije que nunca debió haber admitido ser cómplice de estas prácticas.
Algunos chamanes son famosos y hasta tenían espacios televisivos.
Claro que los programas cómicos se burlaban de ellos, por su costumbre de escupir a sus clientes.
El "chamán" más chistoso de ellos es Manolo Rojas, quien suele remedar al hermano Pablo, q.e.p.d.
Sin embargo y a pesar de todas mis creencias religiosas, tal vez un poco por curiosidad o espíritu periodístico, alguna vez visité algunos de ellos.
Hubo uno itinerante, a bordo de una carretilla, que tenía su consultorio en plena Av. de la Emancipación, yendo hacia el Jr. Chancay pasando la Av. Tacna el cual me hizo sostener un huevo en la mano y me hizo escupir sobre él, mientras yo cerraba los ojos instintivamente pensando que me iba a escupir como lo hacen los chamanes.
Al poco tiempo sentí cómo el huevo quemaba en mi mano y al sancocharse, apestaba a pollo.
¿Qué fue lo que pasó? Nunca me lo expliqué, aunque supongo que el huevo tenía algún elemento que al contacto con la saliva se convirtió en huevo a la brasa.
Naturalmente que me quejé y él quitó el huevo completamente hervido de mi mano.
Otra vez, en vista que no me contrataban para ningún comercial, fui al mercado de Lince, en donde había un hombre pequeño, blanco, probablemente extranjero que se hacía llamar: "Huayruro". Me pidió tan sólo 5 soles y me dijo que me haría una oración de florecimiento.
Pasé a su cabina y empezó a rezar en un idioma desconocido indígena, que no era el quechua ni ningún otro idioma que se conociera aquí... Y él si me escupió con el agua de algún cacto, no sé si San Pedro u otro.
Y aunque uno no lo quiera creer, al poco tiempo me estaban llamando para hacer un comercial...
Puede ser alguna coincidencia, pero lo cierto es que fue casi de inmediato.
El amigo "Huayruro" desapareció y nunca más lo volví a ver. Pero las dos veces que fui a sus "limpias" me fue muy bien.
Algunos de ellos, famosos, me dieron algunos pequeños objetos de bronce en formas de manos que yo boté al poco tiempo y también me obsequiaron mini-pirámides de cuarzo.
Aunque mi suerte no mejoraba de ninguna manera.
Lo más risible es que hace poco me robaron 52 soles de mi habitación y en la puerta tenía dos cactos San Pedro, que según la creencia protege de los robos.
Yo los tengo no porque me protejan de nada, sino porque no requieren casi de estarlos regando. Los cactos duran más con poca agua.
En realidad, ahora no consulto a nadie, salvo a mi confesor.
Ya no voy a ver a ningún chamán, ni menos a algún brujo.
Aunque alguna vez fui a escuchar las predicciones de una célebre vidente, doña V.A., quien fue mencionada como bruja por la revista "Caretas" y ella se molestó mucho por esa circunstancia.
Ella me predijo, como la mayoría de adivinos, que iba a tener mucha plata, que iba a viajar por el mundo entero, etc. Y ahora no tengo dinero ni para ir a Chosica, que está a pocos kilómetros de Lima.
Sin embargo, gran parte de nuestra población cree firmemente en los adivinos, chamanes y brujos, consulta regularmente con ellos y cree que gracias a sus influencias, mejoran su suerte.
Uno de los jóvenes que limpiaban mi casa, me contó que logró casarse con su mujer, gracias a que una bruja, amiga de él, le pidió que le diera el cabello de su enamorada y ella le hizo un amarre.
Lo que sucedió algunos años después, es que la esposa lo dejó para irse con un mecánico.
Tampoco creo en lo que dicen mis hermanas, que uno logra tener dinero y prestigio, gracias a que se hace profesional y es estudioso.
En algunos casos puede ser una excepción que ocurra lo que ellas dicen, porque yo he visto a muchos profesionales, entre ellos un Ingeniero Nuclear, haciendo taxi, lo cual demuestra que ése no es el camino...
Hubo un Presidente, del cual su padre
andaba quejándose cuando era joven.
Porque decía que era un vago que andaba
cantando en los subterráneos de París,
según me contaron, pero gracias a tener
una gran labia, llegó a la primera magistratura
y se hizo rico en poco tiempo.
También conocí a una señora multimillonaria
que hacía toda clase de brujerías
y como yo vivía en su casa, tenía
que seguirle la cuerda.
A veces me hacía que tirara azufre en polvo en un brasero y dijera:
- "Que todo el mal que me desean, se revierta en mis enemigos"
y además quemaba membrillos podridos y limones dejados a secar
en lugares estratégicos de su casa. Y cuando reventaban, me decía:
-¡No ve, ahí se va el mal!
La verdad es que después de tantas tonteras, nada mejoró, nada cambió.
Como se suele decir: "Algunos nacen con buena estrella y otros nacen estrellados".
Nos llama mucho la atención que a alguna gente le vaya tan bien y lo atribuyan a:
La Beatita de Humay, a Sarita Colonia, al Señor de Muruhuay,
la Cruz de Motupe, o a los limones y membrillos que hacen
pudrirse y reventar a las 12 de la noche, o tal
vez al Ekeko o en última instancia a los huayruros
o la piedra imán que poseen.
Lo mejor que le podemos recomendar es
que siga con su creencia, tal vez ella
de alguna manera influya en su psiquis
y haga que las cosas mejoren. Siempre y
cuando no trate de hacer el mal a nadie.
San Borja, 13 de junio del 2012.
EMILIO ULISES ROBLES HORA.
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