A pesar de haber estudiado en el Colegio Salesiano directamente con el autor de los libros oficiales de estudio, del curso de Música, don Herman Kimmeskamp, un sacerdote alemán que nos obligaba a guardar silencio en su clase y teníamos que escuchar toda su hora de estudio, una obra clásica de Beethoven u otro compositor famoso; al salir de ese privilegiado mundo de música en donde en la puerta decía: EL QUE CANTA, SUS PENAS ESPANTA, cuando terminamos la Secundaria, éramos completamente ignorantes en cultura musical, porque las emisoras de radio transmitían canciones que decían:
"Corra papá/ Ay pero, corra mamá/ enciendan pronto las luces/traigan pronto la escopeta/ que en mi pieza hay un ladrón... O aquella otra que decía: "El alacrán crán crán/ el alacrán crán crán/ ay te va a picar...
Y anteriormente se escuchaba otra que decía:
Caracolito de la mar etc. que mi padre ridiculizó en un artículo periodístico, poniendo: "Caracolito de la mar/ vete a bañarte al muladar...
Eso es precisamente, canciones del muladar...
Claro que toda música tiene su valor local... Me imagino que estas piezas musicales serán unos clásicos en su país de origen.
Supongo, que en Cuba, ellos aún le tengan mucho aprecio.
Pero lo que nos acerca más al Olimpo, es la música clásica.
Nosotros influenciados por todo lo que nos rodeaba. Vivíamos en un barrio popular o populoso como Breña, no opinábamos sobre música y tratábamos más bien de bailar las guarachas de aquel tiempo que equivalen a la salsa del presente, sin mayor progreso.
Si no podíamos ni con los valses, menos íbamos a saber bailar los ritmos cubanos como el mambo o los americanos como el rock and roll, pero lo tolerábamos y había piezas musicales inolvidables como "Al compás del reloj" que tuve el privilegio de escuchar directamente de "Bill Halley y sus cometas", que llegó al Perú en los años 50.
Mi cuñado, don Mario me invitó a verlo en el Teatro del Canal 2 de la Av. Tacna (que después se llamó Cine Imperio y que hoy es un edificio vacío, habitado por una secta religiosa). Su telonero fue ni más ni menos que Luisito Aguilé.
Bueno, pero lo simpático fue que esa música clásica regresó a mí de una manera inesperada cuando fui a vivir a Barranco a la casa del tío César.
Mi primo Mario, era un fanático de la música clásica y tenía en casa no sé si 100 o más discos de todos los compositores más famosos.
Fue así que no sólo escuché la música de Beethoven, sino también la de Liszt, Mozart, Rimsky Korsakov, Brahms, Borodin, Grieg, Chaikovski, Rodrigo, De Falla, etc.
Aparte a mi primo Augusto le gustaba la música de Frank Sinatra y la de Ray Conniff
.
A mi tío le gustaba particularmente el "Concierto para piano en La menor". Así que cuando llegaba a casa, me decía: "Pónme a Grieg" y yo prendía el tocadisco poniéndole justamente aquella pieza musical que de tanto escucharla, me terminó gustando también a mí y lo mismo pasó con "Peer Gynt", música que los dibujos animados habían popularizado.
En fin, como decía es un privilegio que pocos han tenido.
Mi tío Genaro con la música interpretada al piano por George Feyer, que hace poco compartí con Uds. en los "Echoes of Italy" y los "Echoes of France"; y mis primos con "Gypsy Russian Music" además de Frank Sinatra, Ray Conniff y el " Concierto de Aranjuez" de Joaquín Rodrigo.
Recuerdo que cuando estuve en España, me encontré con una señora en la estación del tren eléctrico o Metro de Atocha y ella me invitó a visitar Aranjuez donde ella vivía; yo fui y me quedé impresionado por los palacios, la Casita del Pescador, etc. que había ahí y también conmovido de saber que un compositor ciego como don Joaquín Rodrigo, aún sin haber visto Aranjuez hizo una pieza musical clásica y bellísima, digna de tan hermoso paraje bañado por las aguas del majestuoso río Tajo.
¿No es acaso la música, un regalo de los dioses?

EMILIO ULISES ROBLES HORA

N.B.- Este artículo fue escrito en otra red social y al copiarlo
no se ha podido centrar bien.  Lo interesante es que está
todo el contenido original.
   Como fue escrito para una red social específica, contiene
algunas ideas que ya había expresado anteriormente en
otro artículo parecido, pero éste tiene el sabor de lo familiar.