Artículo publicado en este blog con fecha
20 de Enero del 2,009. Se vuelve a repo-
ner porque no ha perdido vigencia. Sólo
se ha reestructurado y corregido en algu-
nos tramos.
J U E G O S A N T I G U O S Y A C T U A L E S .
Hace poco conversaba con un amigo al cual le llevo algunos años.
Yo creía que era difícil encontrar a alguien que haya visto los camiones con cuerda (en el siglo pasado, cuando recién empezaba a desarrollarse la industria automotriz, para echar andar un carro o coche, como le llaman los españoles, tenían que ponerle una manivela por delante y darle vueltas, como si se tratase de un reloj de cuerda) posteriormente llegaron los arrancadores automáticos que se encendían con un botón, hasta los actuales que sólo necesitan introducir la llave para hacerlos rodar. Tampoco conocía, aparte de mis familiares más antiguos, a alguna persona que haya usado lapiceros de palo, hechos de madera cuya pluma de metal debía entintarse cada cierto tiempo, para seguir escribiendo.
Es difícil comunicarse con alguien que haya tomado agua de pozo o hubiera carecido de luz eléctrica, o desagüe (aunque en ciertos asentamientos humanos de Lima aún se padece de esta carencia). Sin embargo, nosotros lo sufrimos porque vivíamos en una provincia alejada de la Capital.
Es que antes, todos o casi todos teníamos esas características de la pobreza, porque el país era un país pobre...
Sin embargo, mi vecino que como yo había vivido su niñez y juventud en provincias, también conoció de todos estos atrasos históricos.
Él había vivido en Cerro de Pasco y aunque gracias a las empresas mineras que eran administradas por "gringos" o "americanos", tuvo el privilegio de ver las mismas películas que estrenaban en la capital, o incluso antes de su estreno, no dejó por ello de sufrir de la falta de agua, desagüe y luz.
Me contaba que en su tierra el jugaba con "El Aro"*, que era una rueda que se llevaba con un alambre que terminaba en una horqueta** guía. También jugó la "Canga" (que según tengo referencia también la practicaban los niños italianos) era muy popular en la costa y en Lima los niños la jugábamos usualmente. Consistía en lanzar un palito de escoba modificado, con un bate, de la misma escoba (a manera de béisbol pobre) lo más lejos posible. Según me contaba mi amigo cerreño, allá le llamaban "palitos chinos".
En cambio nosotros en Lima, conocíamos con ese nombre a un juego que en el oriente (China y otros países) se le denomina "Mikado" o por lo menos con ese nombre venía envasado.
El "Mikado" consiste en un grupo de palitos de colores, los hay: rojos, azules, verdes, lilas y uno solo de color negro, que es el más valioso. Se toman todos estos palitos por el puño y se dejan caer. Cuando se forma un montón, uno debe tener la habilidad de retirar uno por uno los palitos sin que se muevan los demás. Cuando se movían los otros palitos, el jugador perdía su turno. Al final se contabilizaban la cantidad de palitos y los colores, de acuerdo a eso se sumaba un puntaje que daba al ganador.
Pero hoy, los niños ya no juegan ni "Mikado", ni "Canga", ahora ellos usan internet para matar a todo los "enemigos" que se pueda y los "enemigos" son todos "los seres humanos" con o sin armas y cuando terminan de hacerlo, se suben a su patineta y empiezan a hacer acrobacias absurdas, tratando de caer parados cuando la "patineta" se da vueltas y por lo general no logran hacerla, pero en cambio reciben golpes fuertes por caídas accidentales.
También hemos jugado cuando éramos niños, a los "palitroques" que era una versión casera del moderno "bowling", en donde cada jugador alineaba sus palitroques, que eran de madera (todavía no aparecía la revolución del plástico) y nos sentábamos en el suelo tratando de hacer caer los palitroques del jugador contrario que se situaba al frente nuestro con las piernas abiertas para que no se vaya la bola fuera del juego. lo mismo se hacía con los soldaditos de plomo.
Dije bien, SOLDADITOS DE PLOMO, del metal PLOMO, ese que ahora aterra a las madres de los niños porque es satanizado por los medios de comunicación masivos. Nosotros hemos jugados hasta cansarnos con esos soldaditos de plomo y no nos ha pasado nada. En cambio ahora los niños son unos "LICENCIADOS VIDRIERA PARA LOS JUEGOS", porque todo les afecta, todo les hace daño, no deben jugar con soldaditos de plomo, no deben jugar con artículos pintados con pintura que contenga "plomo" etc. TODO LES HACE MAL, TODO ES CANCERÍGENO, MENOS LOS RAYOS CATÓDICOS DE LOS TELEVISORES, QUE PERMITEN EL USO DE INTERNET Y SUS JUEGOS PERJUDICIALES PARA LA SALUD MENTAL Y FÍSICA DE LOS NIÑOS, sí porque un niño que está todo el día pegado al televisor o la computadora que no es ni más ni menos que un televisor con memoria, comiendo chizitos, pollito a la brasa en pequeñas presas o pock-corn (palomitas de maíz) desarrolla un abdomen más grande que el de su papá o de su abuelito. Y ahora hay 43 millones de niños obesos en el mundo...
No sólo no pueden usar nada de metal, nada cancerígeno, que es todo lo que no sea la televisión, sino que tampoco pueden tomar agua del caño.
Cuando estudiábamos en el Colegio Salesiano, los sacerdotes nos llevaban cada cierto tiempo a tomar agua del caño, la misma que es satanizada por los medios audiovisuales e inducen a tomar agua envasada en botellas de plástico. Sabiendo que el plástico nunca se suelda bien y el polivinilo, su ingrediente principal se disuelve en el calor y pasa a contaminar automáticamente el agua y según noticias últimas, el polivinilo es cancerígeno.
Además el agua tratada químicamente pierde sales minerales y nutrientes esenciales que se encuentran en el agua natural.
En fin, ahora todo les hace mal a los niños, los cuidan más y se enferman más seguido.
Me viene a la memoria lo que le sucedió a una prima que crió a sus hijas con tanta asepsia y con alimentos "enriquecidos con minerales y hierro", evitando que no se "contaminen" con microbios o bacterias y estas niñas no desarrollaron suficientes defensas. Fueron atacadas por un "estreptococo dorado", porque no habían acostumbrado a sus cuerpos a defenderse naturalmente y tuvieron que tomar una serie de antibióticos y ser inyectadas con otro tanto de vitaminas, que mejor hubiera sido que se criaran en el ambiente natural y no ser torturadas por las pastillas o las inyecciones.
Acabo de ver en la Playa de San Bartolo a un señor de 95 años, que según su hijo quien lo llevaba a "remojarse" un tanto en el mar, tiene: "memoria de elefante, ojos de águila y estómago de perro". Con esto nos quería decir que se acordaba de lo antiguo, como de lo actual, que veía mejor que un lince y que comía de todo y nada le hacía mal.
Traté de averiguar en qué consistía su dieta y el hijo me informó que no tenía ninguna dieta:
-Mi padre come de todo y hasta toma de vez en cuando una copa de vino o un vaso de cerveza".
Entonces, me puse a pensar que antes, se comía la vida sin "transgénicos" ni edulcorantes, que tampoco se tomaba agua envasada en botellas de plástico, ni había la preocupación por agentes externos, que las persona se exponían a las picaduras de los insectos y estaban más cerca a la naturaleza y no les pasaba nada.
Con esto no quiero decir que Ud. se vaya a hacer picar por una araña o un alacrán, sino que no se asuste si de vez en cuando lo pica una avispa. ¡Pero qué avispa le va a picar, si hace varios años que Ud. no ve ninguna, tal vez la haya visto la última vez en su Canal de Animal Planet!
Cuántas veces habremos sido picados por una avispa cuando éramos niños, no recuerdo, pero sí que los amigos me decían que cuando ocurriese, la persiguiéramos hasta que cayera y luego frotáramos el lugar de la picadura con el cuerpo de la avispa muerta...
En fin, yo creo que los niños de hoy, no conocen lo que es una avispa y cuando la ven se aterrorizan, porque probablemente hayan visto en los canales tremendistas, aquellos como "Discovery Channel", "National Geographic" o "Animal Planet" que les puede dar un shock anafiláctico y morir. Y digo canales tremendistas, porque se pasan la vida asustando a la gente con los animales salvajes, a los cuales ni usted ni yo, tal vez, veamos nunca en nuestras vidas, si no acudimos a un zoológico.
Bueno, regresando a los juegos. Antes los niños salían de sus casas a buscar amigos para ponerse a jugar en colectivos, como "ladrones y celadores", "escondidas", "la pega" (hoy llamada: chapadas), "trompos" (con su respectiva cocina), "boleros", "todo lo que hace el prima" (el prima, primero de la fila, hace una serie de piruetas que los demás deben imitar, pierde quien no imita bien), "bolas" (juegos de pisco y ñoco), "canga", "inmóvil", etc. etc.
Ahora se ha perdido toda creatividad, el individualismo y egoísmo imperantes, los hacen vivir aislados de los demás en un "cono del silencio perpetuo" en donde ni ellos mismos se escuchan...
Caminan por la calle hablando por sus "hands free" cuando no es música a todo volumen de sus "Ipods" o "walkmans" y armados de su inefable patineta, huyen de todo el mundo como si estuvieran tratando de evitar "mezclarse con la chusma", como diría doña Florinda de la vecindad del "Chavo del ocho".
Cuando no están matando a todos los que pueden, en los juegos virtuales de Internet, están viendo su película predilecta en los horribles dibujos animados de "Los Rugrets" o "Los Simpson" y comiendo su sánguche predilecto de "Bembos" o "Burger" o las presas de pollo de la abuelita que le dice amablemente en un comercial, a cada uno de sus nietos: "Tú eres mi nieto predilecto".
Sin embargo, no todos los padres crían igual a sus hijos y de vez en cuando acallan al "bendito intromisor" o "depredador" de rayos catódicos (el televisor), lo jubilan para permitir la conversación en familia, como debe ser.
Cuántos casos de salud mental precaria podrían evitarse de haber una mayor comunicación entre padres e hijos y sobre todo poder expresar el amor que debe existir en una familia. Algunos grupos de personas ya se han puesto de acuerdo en más de una oportunidad, en algunos países, para hacer descansar al televisor en un determinado día del año y así la gente descansa de las urracas y otras porquerías, dándose un poco de paz y amor, libre de la presión de los medios, reencontrándose con la naturaleza y buscando un mejor nivel espiritual.
Lima, 20 de enero del 2,009
corregido y reestructurado el
27 de agosto del 2,011
*Otros juegos de niños eran: La Perinola.- Una especie de pequeña sombrilla invertida que tenía triángulos en donde decía: Pon uno, toma dos, etc. Y otro era el Rum-Rum que se hacía con una chapita de gaseosa aplastada con dos huecos por donde pasaba una pita o piola.
**u Horquilla.- Un alambre largo que terminaba en una especie de U por donde se acomodaba el aro para que ruede.
EMILIO ULISES ROBLES HORA
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