viernes, 5 de octubre de 2012

LOS DUENDES, ¿EXISTEN?

   Una prima que vive actualmente en España, me contó que en el Colegio de Mujeres en el cual enseñaba, hicieron una actuación religiosa a la cual asistió el Cardenal de aquella época: Juan Landázuri Ricketts, Arzobispo Primado de la Iglesia Católica del Perú, hombre muy alto, al cual el humorista Sofocleto bautizó como "Grandázuri" y cuando vio al prelado, vestido con su típico atuendo: sotana negra con púrpura, sombrero negro con cinta del mismo color y unos zapatos talla 45 con unas hebillas tan grandes que parecían de pirata, no pudo más y le dio un ataque de risa.

   Tuvo que abandonar momentáneamente la concentración para no desentonar.

   Lo que motivó su risa destemplada, eran los zapatos anticuados y extra-large con hebilla gigante, que llevaba el Cardenal a los cuales ella bautizó como zapatos de duende.

   Entonces me pregunté qué había acerca de los duendes, ¿existían? o eran producto de la imaginación colectiva.

   Acabo de ver por Internet algunos duendes grabados por personas comunes: unos niños que jugaban al fútbol y grababan su actuación,  a los cuales se les presentó de improviso un enano vestido de forma extravagante, con un cucurucho, quien con una rapidez inusitada desapareció del lugar, no sin antes causarles un terror momentáneo.

  Hay otras grabaciones en donde se les ve de igual manera. Pero: ¿Por qué visten cómo en los cuentos? ¿De donde sacan el uniforme? ¿De dónde vienen y adónde van? ¿Porque desaparecen a gran velocidad? Preguntas un poco difíciles de contestar, con mayor razón si yo soy alguien que no cree en fantasías o ilusiones colectivas.

   Yo nunca he visto a un duende, pero algunos de mis amigos, dicen haberlos visto.

    Una señora me contaba que ella de niña, jugaba con los duendes.  Y según su propia descripción, vestían uniformes de color verde. Eran pequeños y les gustaba jugar y sobre todo la velocidad. Se desplazan a un ritmo espeluznante, como si fueran bólidos.

    Buscan a los niños para jugar, pero también suelen hacerlo con los adultos, escondiéndoles las cosas y como no tienen un sentido del bien o del mal, pueden inducir a la gente a que infrinjan los códigos de la moral o hasta puedan cometer crímenes.

    Yo he visto en algunas películas del cine americano acerca de duendes (son ficciones) que les gusta lustrar zapatos y también les agrada sobremanera, el oro.  Se suele decir que donde hay oro, están los duendes.

    Por lo tanto algunos enanos mentales, están dominando al mundo con su oro.

    Cuando llegué a vivir a la casa donde actualmente resido, una de mis sobrinas me contó que había visto más de una vez, gente inexistente.  Es decir, que en alguna oportunidad fue a la habitación posterior de la casa y encontró a un grupo de operarios (en aquel tiempo mi sobrino tenía una empresa) y le dijo a su esposo:

  - ¿Todavía no se han ido los trabajadores?
  -¿Cuáles trabajadores?
  - Los que están en la habitación del fondo.
  -No hay nadie.
  - ¿Cómo, si los acabo de ver?
  - Vamos, si quieres.
     Y fueron a ese cuarto y no había nadie.

     Ninguna de mis sobrinas quería vivir sola al final de la casa.  En cambio, yo he dormido solo en ese sitio durante años y nunca vi ni sentí nada anormal.
     Aunque mi forma de ser, hace que racionalice todo lo extraño que haya en determinada circunstancia.  Cuando hay ruidos, trato de darles explicaciones lógicas y me quedo con la última explicación lógica que pienso: Son pericotes o ratas, cucarachas, o golpes de viento, etc.

     Esto hace que no tenga temores nocturnos y además mi gran sentido del humor me hace pasar por alto cualquier cosa rara.

    En muchas casas de Lima en donde he vivido, ha ocurrido casos excepcionales y si existieran duendes, probablemente yo los estaría atrayendo sin proponérmelo por mi gran afición a coleccionar, carritos o juguetes como adornos, los cuales, según me informan quienes creen en los duendes son un atractivo especialísimo para estos seres de otra dimensión.

   Actualmente cuando se me cae una moneda al suelo no la busco de inmediato porque no la voy a encontrar.  Al poco tiempo aparece en el lado opuesto al que cayó o en un lugar distinto al que lógicamente uno suponía que debería haber caído; por lo tanto, si existen duendes, ellos juegan a esconderme las cosas...

   Si se me cae una moneda a la izquierda, es probable que aparezca a la derecha.

   Bueno, eso es común en la política, en la cual, los candidatos se presentan como de izquierda y cuando son elegidos terminan gobernando con la derecha.

   Un día le tomé una foto a mi hijo no adoptivo, Benito cerca a una ventana y en el vidrio, apareció la figura ectoplasmática de un perro.

   Sin embargo, a pesar de todos estos fenómenos extraños, no aseguro que existan los duendes, pero hay que tener cuidado y evitar a los malos espíritus, que según la Iglesia Católica: "Andan dispersos por el mundo, para la perdición de las almas".

La Molina, 2 de octubre del 2012.

EMILIO ULISES ROBLES HORA.

NOTA DE REDACCIÓN.- Ahora último ha llegado la moda a algunas casas de Lima, de poner pequeñas estatuas de arcilla, representando a duendes o enanos de Disney, como amuletos o para espantar a posibles rateros.            

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