lunes, 1 de octubre de 2012

EL CASINO: ¿UN VICIO, UNA ESTAFA O UN ENTRETENIMIENTO?

    Antes de autorizarse el libre funcionamiento en todo el país, de los casinos, éstos o similares juegos llamados "De Envite" no sólo estaban prohibídos, sino eran satanizados por los medios
gubernamentales y mediáticos.

   Sólo aparecía el lamento comparativo acerca del exitoso
 Casino de Arica, en ciertos sectores deslumbrados por las noticias del Sur.

   Sin embargo, cuando estuve en esa localidad, no tuve el menor interés en visitar el famoso Casino, aunque sí, el histórico Morro donde ofrendaron sus vidas tantos héroes peruanos
 y que los chilenos conservan como un bello paseo, bien cuidado.

   No recuerdo bien en qué momento empezaron a proliferar los casinos por todo Lima, como si fuera Las Vegas. Me parece que en el gobierno de Francisco Morales Bermúdez se autorizaron estos "robamonedas" con gran entusiasmo y repentinamente, Lima era un Casino (averigüen qué significa esta palabra en italiano)... Es algo así como un caos, o como dijo un célebre tótem de la opinión del país, caído en desgracia por haberle aceptado a Fujimori, postular a congresista para ganar un poco más que el sueldo de catedrático: un burdel*...

   Como en las campañas de publicidad mayores de los americanos que te regalan un chicle, para crearte una necesidad y posteriormente vas y los compras, así llegó a casa
 una serie de invitaciones para jugar gratis en esos célebres
 casinos.   Y también se publicaban en los diarios, cupones
 para ser cambiados  igualmente gratis, por fichas para jugar...

  Yo caí en la trampa y descubrí todo un mundo de juegos, bocaditos, bebidas y bellas mujeres que te atendían con solicitud y vestían sugestivas minifaldas o bellos disfraces...

  A quién no le gusta que le den esa atención preferencial y gratis...

  Sin embargo, poco a poco fueron disminuyendo las ofertas, hasta eliminarlas por completo.  Ya habíamos caído en la trampa.

   Cuando iba a jugar, me di cuenta que los premios eran escasos y casi nunca se sacaba uno el premio mayor, pero lo más indignante era que las máquinas estaban preparadas para que tú echaras de una a tres fichas y después de 50 veces de haber girado el aparato, te otorgaban 5 fichas. O sea que tú  ponías(regalabas) de 50 a 150 fichas equivalente en monedas y al final, la máquina te pagaba 5.

   Y a pesar de los avisos que publicitaban tener un control de las entidades estatales, al final, todo resultaba casi una estafa.

   En verdad, todas las máquinas son tramposas y manejan programas de trampas, que en ningún país que tiene estos juegos, los permitirían...

   Sin embargo, a pesar de ello, la gente sigue concurriendo a perder su dinero.  Muchas veces me he encontrado con personas que luego de perder hasta el último centavo, me piden algún sencillo para su pasaje.
   En especial, los ancianos y ancianas del país, los cuales pierden, en algunos casos, su pensión entera o la suma destinada a pagar sus servicios, como el agua, la luz y el teléfono.

  Un propietario de dos negocios (una peluquería y una tienda) me contó que en 5 años habìa perdido 25,000 dólares.  Ni más ni menos...

  Y ahora que están los jeques árabes en Lima, me acuerdo que un miembro de la familia real de Arabia Saudita, ha perdido millones de dólares en el Casino de Montecarlo y sigue jugando...

  Bueno, pero acá, modestamente no somos jeques árabes, ni tenemos petróleo en abundancia, así que si a una viejita o viejito le pagan un sueldo humilde de 150 dólares mensuales y va y  lo pierde en el Casino, entonces ya no es una broma, sino un drama. Y mejor que no vaya a Austria (leer mi artículo sobre las flatulencias) donde si se tira 14 pedos se queda sin sueldo todo un año...

   Una vez vi a una señora con la mirada perdida dentro del Casino y le pregunté:
    -¿Qué le sucede? y ella me dijo con voz entristecida:
    - Acabo de perder 100 dólares...

   Se sabe por las noticias de los diarios, que algunos han llegado hasta el suicidio al haber perdido todo su patrimonio en los casinos...

   Mi hermana mayor, comprensivamente, me dice que los casinos son un entretenimiento para personas solitarias...  Tiene razón. Hay muchos de estos viejitos y viejitas que no tienen con quién conversar en casa, ni con sus hijos, ni sus nietos, ni sus sobrinos.  Ellos hablan otro idioma;  entonces estos ancianos van a un Casino, donde una máquina programada los felicita, se encuentran con personas amables que los atienden. Les ofrecen gaseosas, bocadillos y hasta comida.

  Me han contado que hay ancianas casadas que van al Casino y se retiran al día siguiente. O sea que desayunan, almuerzan, comen y hacen sus necesidades en ese lugar. Claro que no se bañan porque no hay duchas y están todo el día ejercitando sus dedos.  Y me parece que esa también es una buena terapia para enfermedades cardíacas y otras, porque los dedos de los casineros deben estar bien fortificados lo mismo que sus corazones, exceptuando claro está, sus bolsillos.

   A veces los dueños de los lugares de Juego, les ponen una corona de cartón cuando ganan un Premio Mayor (que no excede de 100 dólares), les toman fotos y las publican en la vitrina.

   Un día un viejo orgulloso me dijo, yo he ganado en esa máquina que usted está jugando, el Premio Mayor y publicaron mi foto en la vitrina de este local...

  Los solteros gozan de la atención de bellas chicas y las ancianas se alegran de ser atendidas por jóvenes atentos quienes les alcanzan los bocadillos y refrescos.

  Además, cuando hace mucho frío, me voy a un Casino para gozar del aire acondicionado y no estarme congelando en casa.

   Estos locales, además de las ventajas que he anotado y también las desventajas reseñadas, tienen un punto a su favor por el cual hasta ahora no han sido erradicados y ese punto es: que dan trabajo.

   Esa es la razón por la cual es muy difícil su erradicación definitiva.  Aunque me parece que deberían buscarle una zona un tanto alejada de la ciudad. Algo así como una Isla. Tenemos dos Islas frente a Lima que no se utilizan para nada: San Lorenzo y El Frontón.  Ahí se deberían trasladar todos los casinos de esta tres veces coronada villa, ciudad jardín y bella Lima.

   Conjuntamente con ese traslado, debería restringirse los nuevos permisos para las zonas urbanas.

   Cuánto trabajo daría la construcción de Puentes que comuniquen la ciudad con esas islas y luego cuando San Lorenzo o El Frontón se reinauguren como Casinos y Hoteles 5 estrellas, ¿no sería un gran atractivo turístico?

    Mientras tanto, algunos pobladores de Lima seguirán perdiendo su plata en la visita a los casinos de la Capital, aunque también en provincias se da este fenómeno.  Es una pena que en Trujillo, cierren librerías para abrir casinos. Me alegrará cuando sea lo contrario, que cierren casinos para abrir más librerías.

 La Molina, 1º de Octubre del 2012.

EMILIO ULISES ROBLES HORA.


* Un caos, un desorden.


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