lunes, 12 de septiembre de 2011

LOS TRANSGÉNICOS Y LAS RELIGIONES.

LOS TRANSGÉNICOS Y LAS RELIGIONES.

Ahora que está de moda hablar de los transgénicos (semillas de plantas combinadas de diversos genes de otras especies, que incluyen una mezcla entre el género vegetal y animal) es bueno recordar que varias religiones preconizan la utilización de plantas cultivadas en forma natural, sin usar productos químicos ni genéticos en su cuidado. Sin embargo, como bien lo dicen las informaciones, ya estaríamos consumiendo productos contaminados con los nuevos descubrimientos científicos. Si Ud. consume arroz o menestras del supermercado, probablemente aquéllas, hayan sido "bombardeadas" con radioisótopos que las hace más durables y menos perecibles.
Los pollos a la brasa, alimento popular en las mesas peruanas, ya estarían contaminados a través del maíz transgénico que consumen estas aves. Lo mismo que la soya y su derivado, el aceite con el que se cocina, serían del mismo origen: TRANSGÉNICO.
Pero eso no es todo, hace poco le escuché a la empleada de mi hermana que en su tierra para cultivar la papa, tienen que echarle diversos productos químicos o insecticidas para evitar las plagas. O sea que la papa serrana tampoco es muy recomendable, a no ser que sea aquella pequeña y de no tan buena presencia, que no usa ningún producto artificial.
Si los transgénicos nos harían comer una papa-rata o un arroz-cucaracha (si usan como componentes los genes de los animales más resistentes a las plagas) las papas que están cultivando en algunas zonas de la sierra, ya están siendo contaminadas con insecticidas que como todos sabemos al final, sus desechos químicos se albergan en toda la planta, especialmente en los frutos, tallos y raíces, que son las partes comestibles.
Si a ello agregamos la preparación de los alimentos en los modernos hornos a micro-ondas que ionizan las comidas, tendríamos un panorama de temor por lo que ingerimos diariamente. Claro que las papas tratadas artificialmente, son aquellas hermosas y grandes que Ud. compra en el supermercado.
Aunque también he leído que a algunos agricultores les han enseñado a utilizar unos insecticidas que ellos mismos pueden preparar en base a otras plantas repelentes de plagas.
Como diría uno de los personajes de"Chespirito": "Oh y ahora quién podrá defendernos", porque si no lo hace el "Chapulín Colorado", de una cosa estamos seguros, no lo hará ningún gobierno que quiera establecer buenas relaciones con los consorcios internacionales productores de transgénicos e insecticidas.
Las religiones que preconizan los cultivos naturales son: "Hare Krishna" una religión hindú que enseña no sólo a utilizar métodos que no contaminen las plantas tal cual las creó Dios (Krishna) sino a consumir únicamente vegetales en su alimentación (vegetarianismo).
También la Iglesia Mesiánica Mundial (de origen japonés) cuyo fundador, el señor Mokichi Okada (Meishu Sama) dedicó mucho tiempo a enseñar a sus discípulos a utilizar los métodos naturales de cultivo.
Hay otras agrupaciones como las grandes fraternidades universales (practicantes del yoghismo o yoga) que también dicen lo mismo.
Y algunas religiones evangélicas.
Por lo tanto, es difícil ir contra estas creencias y tratarles de imponer los transgénicos, que van contra sus principios y además que los mismos consumidores de estos productos no están seguros de las bondades del acabado del producto. Como que hasta ahora en Alemania, no han aceptado una papa (la papa AMFLORA) que rechaza la tolerancia a un antibiótico.
Lima es un lugar fértil en donde se puede sembrar en lugares dentro de la casa. La gente tiene sus jardines vacíos de plantas que pueden consumir y cultivar en forma natural. Yo he sembrado y cultivado tomates y ajíes sin utilizar ningún abono artificial, ni ningún producto químico o insecticida. Hasta ahora todavía hay gente que cultiva dentro de sus casas, plantas que dan fruto o semillas comestibles y hasta hortalizas.
Cuando iba a viajar a Italia, una amiga que residía allá, me dijo que le llevara semillas de culantro (cilantro) porque en aquella época (década del 70) no lo vendían en Milán y ella quería preparar el seco, un plato típico peruano que usa como principal ingrediente el culantro. Ella lo sembró en macetas y luego lo cultivó para su propio consumo.
Cuando vine a Lima desde Trujillo, donde residía, en la década del 50 todo el camino al Callao por la Avenida Venezuela y todo el Paseo de la República, donde hoy está San Borja y otros distritos, así como todo el trayecto hacia Chosica eran campos cultivables, donde se sembraba algodón y otras especies vegetales. Ahora "todo está sembrado de cemento y casas".
Lima se volvió inútil en cuanto al autoabastecimiento y depende exclusivamente del resto del país.
Yo no sé si lo mismo va a pasar con Arequipa y otras grandes ciudades y al final no sólo tendríamos que consumir los transgénicos que ahora nos quieren contrabandear las transnacionales, sino todos los productos enlatados o desecados que producen las mismas grandes productoras de alimentos a nivel mundial.
De lo que no se acuerdan esos consorcios es que las plantas son seres vivos, se adaptan a todas las plagas y desarrollan sus propias defensas y en las nuevas cosechas, ellas mismas producen sus propios anticuerpos que las hacen ser inmunes. No necesitan de ninguna "ayuda transgénica", que lo único que va a crear es una contaminación más y el nacimiento de monstruosidades que no fueron engendradas por la naturaleza ni por Dios.

Miraflores, 28 de julio del 2,008.
Se vuelve a publicar con algunas correcciones
hoy 12 de setiembre del 2,011.

EMILIO ULISES ROBLES HORA.

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