La única vez que presenté a un Concurso Literario mis poemas, bajo el nombre de: "Polen y Cenizas" me pusieron el calificativo de B+, algo así como regular ó 12*.
Fue al Certamen que organizaba Petroperú, bajo el nombre de Premio "Copé".
Cuando fui a preguntar al Depto. de Relaciones Públicas sobre el resultado y el significado de esa B+, el encargado en forma "cachosa"(entre risueño y sarcástico) me dijo que vaya a aprender a hacer poesía...
Yo le pregunté ¿Dónde se aprendía a hacer poesía y qué se hacía ahí?, me respondió en el mismo tono anterior: -En un taller. -¿Y qué es un taller? insistí.
Él dijo: -Un lugar adonde uno va como si fuera un taller de costura. Unos llevan la tela, otros la aguja y algunos más, el hilo...
Ante tamaña estupidez, no tuve otra cosa que despedirme de quien me había dicho semejante barbaridad.
Porque la inspiración no te la puede enseñar nadie. Y la inspiración es un don divino.
Cuando eres un predestinado de los dioses y tienes ese don, lo único que tienes que hacer, es agradecer a quienes desde el Parnaso o el Paraíso Espiritual, te han concedido esa habilidad y además, tienes la obligación de publicar el producto de esa inspiración. Aunque no te den ningún Premio nunca...
Sin embargo, gracias a mi gente del norte, he tenido el reconocimiento de la Región La Libertad, quienes tuvieron a bien otorgarme un Diploma y un Pin de Escritor. Que les agradezco infinitamente.
El motivo del presente artículo es relatar a mis lectores como es la llegada de aquel momento supremo en el cual se manifiesta el estro (inspiración) de la poesía.
A veces viene a la mente una musicalidad. Como si fuera una melodía... Entonces uno empieza a tararear aquella melodía y le pone la letra.
Es como si se escribiera una canción.
En otras oportunidades, uno encuentra una frase ingeniosa, como cuando se me vino a la mente la siguiente idea: Todo en Pacasmayo es bello. Sus piedras de colores, la bahía, las mujeres, el mar, el faro...
Ahondando más en la misma idea, surgió: - "La belleza se detuvo, y se quedó en Pacasmayo".
Esas palabras brotaron y las sentí, precisamente en Pacasmayo y al llegar a la casa de mi primo Manolo, le dije: -He tenido una idea para un poema y te lo voy a dedicar.
Y así nació: "Y se quedó en Pacasmayo" (poema que pueden leer en este mismo blog en entradas antiguas).
Cuando llegué a Lima, me puse a trabajar en la idea y así hice el poema. Ciertamente que a veces colaboran con uno, algunas personas que están más familiarizadas con las circunstancias...
Me faltaban algunos datos. Un elemento de dos sílabas que encajara con la palabra muelle y un amigo de "Faucett", chepenano, me sugirió: -"puentes" y así escribí: Junto a los puentes del muelle.
Es cierto que debo estar constantemente con el diccionario, pero a veces alguien te puede dar la ayuda oportuna.
Otro día tarareaba una melodía: tara ra ra/ ra, ra rá...
Y entonces puse en mi escrito: O eres tú/ o no soy yo...
Versos suprimidos debido a la sugerencia de mi ex-profesor de San Marcos del curso de Castellano, pero que restableceré en la próxima publicación que haré en este blog.
A veces, mientras uno está escribiendo un verso y se encuentra como a miles de kilómetros de distancia del lugar donde se está, porque uno viaja al infinito, se cuela un ruido del ambiente...
Mientras escribía mis versos, unos perros ladradores no dejaban que continúe, así que los incorporé al verso.
... Y los perros, si ladran, nos protegen...
Hay oportunidades en que uno fuerza la imaginación para escribir y no sale nada bueno...
No es como decir: -Voy a trabajar hoy y haré una buena labor.
No, no se va a marcar tarjeta y a obedecer a un Jefe.
Sólo se deja que venga el momento de la inspiración, que lo hace a uno como ponerse romántico o melancólico.
Pero, hay que tomar en cuenta que no siempre se está en esa situación, a veces uno está eufórico, o alegre y entonces escribe de otra manera.
Mis versos a Pacasmayo los escribí con mucha alegría y tal vez con alguna copa de vino. Al término de cada estrofa reía constantemente.
¡Atentos! que no es necesario estar borracho para escribir. Una copa o dos, de vino, ayudan, pero no siempre se necesita estar en un estado de ebriedad o euforia alcohólica.
Con mayor razón, en alguien como yo, que soy casi abstemio.
Las veces que en mis 66 años de vida, he estado en pésimo estado por el consumo del alcohol, no suman ni 10. Y siempre me he retirado a mi habitación para no dar una mala impresión ni a los míos ni a otras personas.
Entonces vemos que para escribir versos que dan origen a los poemas o poesías, no es necesario ir a ninguna Academia o Taller.
Ahí, si es que alguien te enseña, será a estructurar versos, pero no te dará la inspiración.
La inspiración te la da Dios o los dioses del Olimpo.
Y me dirán y ¿cómo aprendiste a estructurar los versos?
Y yo les respondo: -Mi padre era un poeta, de los buenos. De aquellos que ganaban concursos literarios con premios de dinero en efectivo y diplomas. Llegó a ganar los III Juegos Florales de la Ciudad de Trujillo, con su Canción Suprema en la década del 50.
Yo sólo me limité a leer algunos de sus escritos, en especial las poesías.
Aunque me negué a escribir versos porque tenía el prurito de que eso estaba para las gentes que pretendían morirse de hambre o que eran seres extraños...
Y además, no quería escribir cosas tristes...
La verdad es que uno escribe cosas tristes, cuando uno es triste o melancólico o que en el momento de la inspiración suela estarlo.
Yo no creo serlo y los que me conocen, saben bien que soy muy alegre pese a las dificultades que tengo en mi pequeño paso por el mundo...
Todo esta negativa a escribir, se llegó a romper cuando un día don Alfonso Cerdán, un amigo chepenano me invitó a participar en una Bienal de Poesía Liberteña realizada en los años 80.
Don Alfonso me recomendó a los organizadores y dijo que yo escribía versos, lo cual era cierto, aunque no tenía más de 3 poesías y para presentarse a la Muestra, se necesitaban como mínimo, 5.
Y fue ahí que se rompió el dique: hice más de 20, con lo cual pude cumplir con tener el mínimo que solicitaban.
Regresando al principio de este artículo, diré que insistí con "Polen y Cenizas"...
Gracias al apoyo de mis amigos: Zacarías Zapata y Raúl León de la Compañía de Aviación "Faucett" no sólo pude concretar la versión final, corregida de este poemario, sino que fui impulsado por su apoyo para presentar aquellos versos a la consideración del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, CONCYTEC, entidad del Estado, que me dio el apoyo necesario en la época del Primer Gobierno del Presidente Alan García Pérez y pudo publicarse la primera edición. La segunda, se hizo gracias al apoyo desinteresado de mi amigo Raúl León Rosillo.
Así, aquella recomendación del encargado de Prensa de Petroperú, cayó en saco roto, porque tuve no sólo el apoyo de mis amigos, sino también del CONCYTEC, que evaluó mis poemas y le dio otro resultado a aquel magro B+ de aquella época.
La Molina, 15 de julio del 2012.
EMILIO ULISES ROBLES HORA.
* Recientemente me han corregido y me han informado que B+ equivale a Bueno o 16. Como sea, no estoy conforme con la calificación dada. Mi poemario ya tiene dos ediciones.
Además uno de sus poemas, publicado en este Blog: "Y se quedó en Pacasmayo" ya se acerca a las 100 visitas...
BLOG: www.emrobh.blogspot.com
Muchas gracias Omayra, aunque para entretener a mis lectores escribo sobre temas comunes y de vez en cuando incluyo mis poemas.
ResponderEliminarMe gustó el que has publicado con nostalgia acerca de un amor antiguo. Un saludo y seguiremos en contacto.